in

Historia para superar la tristeza y la ansiedad

Tristeza y ansiedad, hombre sentado

Si alguna vez has sentido que no puedes salir de la tristeza y la ansiedad esta reflexión es para ti.

Había una vez un jardín que era sumamente hermoso. Tenía flores de diferentes colores y olores, así como grandes árboles. Las mariposas revoloteaban por todo el jardín, y el canto de los pajaritos se podía escuchar de forma armoniosa. Era un lugar hermoso para estar; sin embargo, un día llegó una fuerte tormenta que arrancó las flores y las hojas de los árboles.

El jardín quedó en silencio. Las flores y los árboles que antes le daban vida, parecían estar secos por completo, pero una semilla logró caer al suelo en medio de la tormenta. Estaba enterrada con profundidad, que parecía que nunca florecería, pero estaba viva.

De pronto la semilla logró romper la tierra y comenzó a florecer. Tenía hermosos colores y estaba llena de vida. Los árboles y las pocas flores que habían, se maravillaron ante tal situación, por lo que le preguntaron a la pequeña flor cómo había logrado sobrevivir con ese brillo, a pesar de la tristeza y destrucción.

La pequeña flor respondió: “He aprendido que no puedo controlar lo que sucede a mi alrededor, pero sí puedo elegir cómo reaccionar ante ello. En vez de rendirme a la tristeza y al dolor, decidí buscar la vida que aún quedaba en este jardín y nutrir mi propia vida. Decidí que no me dejaría arrastrar por la tormenta, sino que seguiría creciendo y floreciendo, a pesar de todo”.

Esta historia es un muy corta, pero tiene un gran significado

Nos enseña que, a pesar de que la vida conlleve situaciones desastrosas y deprimentes, no debemos permitir que esto nos arrastre la tristeza y a la desesperación. En vez de eso, podemos elegir cómo reaccionar ante tal situación y tratar de seguir cultivando nuestro jardín; es decir, nuestra propia vida, para así encontrar la belleza y la esperanza que nuestro alrededor nos ofrece.

Una forma para lograr que nuestra vida vuelva a florecer es aceptando nuestras emociones, procesarlas y buscar ayuda si es necesario. Se trata de enfocarnos en las cosas buenas que tiene la vida y trabajar en nuestra propia felicidad y bienestar emocional. Recuerda que siempre hay una semilla de esperanza en nuestro interior, esperando para florecer si la cuidamos con paciencia y amor.

En pocas palabras… situaciones adversas siempre habrá para todos; no obstante, depende de cada uno dejarnos llevar por estas situaciones, o mirar las cosas positivas que tenemos a nuestro alrededor, permitiendo que volvamos a florecer.

Por último, toma en cuenta que, a pesar de que somos capaces de elegir la forma en la que enfrentemos la tristeza y la ansiedad o  cada circunstancia desastrosa que la vida tiene, muchas veces es necesario acudir con un profesional para ser orientados en el tema, así que no temas pedir ayuda.