¿Sabes cual es el peso del rencor?
El tema del día era el resentimiento. El maestro nos había pedido que lleváramos papas y una bolsa de plástico. Ya en clase elegimos una papa por cada persona a la que guardábamos resentimiento. El profesor nos pidió que en cada papa escribiéramos el nombre, para luego colocarlas dentro de la bolsa. Algunas bolsas ¡eran realmente pesadas! El ejercicio consistía en que durante una semana lleváramos con nosotros a todos lados esa bolsa de papas.
Naturalmente, la condición de las papas se iba deteriorando con el tiempo. El fastidio de cargar esa bolsa en todo momento me mostró claramente el peso espiritual que cargaba a diario y cómo ponía mi atención en ella para no olvidarla en ningún lado, desatendía cosas que eran más importantes para mí.
Todos tenemos papas pudriéndose en nuestra “mochila” sentimental. Este ejercicio fue una gran metáfora del precio que pagaba a diario por mantener el resentimiento por algo que ya había pasado y no podía cambiarse. Me di cuenta que cuando me llenaba de resentimiento, aumentaba mi estrés, no dormía bien y mi atención se dispersaba.
Perdonar y dejarlas ir me llenó de paz y calma, alimentando mi espíritu. La falta de perdón es como un veneno que tomamos a diario a gotas pero que finalmente nos termina envenenando.
Muchas veces pensamos que el perdón es un regalo para el otro sin darnos cuenta que los únicos beneficiados somos nosotros mismos.
El perdón es una expresión de amor.
El perdón nos libera de ataduras que nos amargan el alma y enferman el cuerpo.
No significa que estés de acuerdo con lo que pasó, ni que lo apruebes. Perdonar no significa dejar de darle importancia a lo que sucedió, ni darle la razón a alguien que te lastimó. Simplemente significa dejar de lado aquellos pensamientos negativos que nos causan dolor o enojo.
La falta de perdón te ata a las personas con el resentimiento. Te tiene encadenado. La falta de perdón es el veneno más destructivo para el espíritu ya que neutraliza los recursos emocionales que tienes.
El perdón es una declaración que puedes y debes renovar a diario. Muchas veces la persona más importante a la que tienes que perdonar es a ti mismo…. por todas las cosas que no fueron de la manera que pensabas.
“La declaración del perdón es la clave para liberarte”.
El que es incapaz de perdonar es incapaz de amar.
Martín Luther King
Perdonar no es olvidar, es recordar sin dolor, sin amargura, sin la herida abierta; perdonar es recordar sin andar cargando eso, sin respirar por la herida, hasta entonces te darás cuenta que has perdonado. Y no vives con el peso del rencor