¡Hola a todos los que buscan la pareja perfecta! En esta ocasión hablamos de un tema que les ha quitado el sueño a muchas personas. Hablamos del cómo escoger la persona ideal y adecuada para nosotros.
En el mundo moderno, bajo la ideología del romanticismo, debes, por encima de todas las cosas, confiar en tus sentimientos. Encontrar el amor mutuo es un éxtasis. Se trata de encontrar a la persona más hermosa tanto por dentro como por fuera.
Ahora bien, el único problema es que esta invitación a confiar en nuestros instintos, ha probado frecuentemente ser un desastre entre sí. Respetando los sentimientos especiales que tenemos hacia ciertas personas que encontramos en lugares de baile o estaciones de tren, fiestas, o por internet, y que el romanticismo, tan célebremente visto como un arte, parece no llevarnos a ser más felices en nuestras uniones.
Anteriormente, no se era capaz de elegir a las personas con las cuales estarían por el resto de su vida, sino que eran impuestas para seguir preservado un título, tierras y realeza; sin embargo, hoy en día, el instinto no ha sido mejor para encontrar a nuestra pareja ideal.
Hay otra filosofía, que reta a nuestra noción para confiar en nuestro instinto para atraer a la pareja perfecta. Indica que no nos enamoramos, en primera instancia, de esos que nos quieren de manera ideal; sino que nos enamoramos de aquellos que no nos quieren.
El amor en la adultez se basa en el modelo de amor creado en la niñez. Y este probablemente está entrelazado con una serie de atracciones problemáticas en contra de nuestras posibilidades de crecimiento y felicidad como adultos.
En otras palabras, en el amor buscamos recrear ya como adultos, justamente los sentimientos que conocíamos tan bien en la niñez. Esos sentimientos que muchas veces eran dañinos para nosotros como niños, al sentir la ausencia de afecto de un padre o una madre; por eso es lógico que como adultos nos encontramos rechazando ciertos candidatos no porque sean incorrectos para nosotros, sino porque son “demasiado buenos”.
Pero no todo está perdido, se trata de que seamos conscientes de lo que actualmente nos hace elegir a nuestra pareja perfecta. Para elegirla de una manera inteligente podemos poner en practica lo siguiente:
Con la ayuda de una hoja de papel, un lápiz y una tarde desocupada, escribamos qué clase de personas nos atraen. Esto sirve para encontrar las cualidades de las personas que primero nos amaron en la niñez, y preguntarnos qué tanto están realmente alineados nuestros impulsos con cosas que sí nos harían felices.
Examinando nuestra historia emocional, aprendemos que no podemos simplemente estar atraídos a cualquiera. Estamos limitados a los tipos que tenemos por ciertas cosas por las que pasamos.
Ahora bien, tal vez no te gustará lo que viene ahora, pero la mejor forma de liberarnos del amor que nos dieron en la infancia es la terapia, no hay otro modo. ¿Cómo sé que estoy con una persona autoritaria porque me recuerda a la relación que tuvo mi padre conmigo y eso me da la sensación de hogar? En terapia.
Otro tip para lograr es teniendo en cuenta tus valores
En la fase de enamoramiento creemos que todo encaja perfectamente, y toleramos absolutamente todo en la otra persona. Pese a esto, con el paso del tiempo verás cómo te sientes realmente y tendrás que ver si los valores son afines a los tuyos o no.
También es importante que no te mueva el miedo a estar sola o solo. Si nuestra motivación es evitar la soledad, esto puede generar malestar en la pareja, presiones, dependencia, etc. Hay que aprender a estar solos.
Y como decía John Lennon:
“Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja, y que la vida solo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en la vida merece llevar a sus espaldas la responsabilidad de completar lo que nos falta”.